La instalación de desfibriladores en colegios es una medida que cada vez más centros educativos están adoptando en España. Contar con un equipo DESA (desfibrilador externo semiautomático) y con personal formado en reanimación cardiopulmonar (RCP) puede marcar la diferencia ante una parada cardíaca súbita. Estas acciones no solo salvan vidas, sino que fomentan una auténtica cultura de cardioprotección escolar desde la infancia.
¿Por qué instalar un desfibrilador en un colegio?
Aunque la incidencia de la parada cardíaca es menor en menores de edad, la prevención es clave. En España se producen más de 30.000 paradas cardíacas al año fuera del entorno hospitalario, y actuar en los primeros 5 minutos con un desfibrilador aumenta las probabilidades de supervivencia en más de un 60 %.
Disponer de un desfibrilador en el centro educativo y de personal preparado para utilizarlo puede ser determinante hasta la llegada de los servicios de emergencia.
Colegios cardioprotegidos: seguridad y compromiso con la salud

Cada vez más centros se convierten en colegios cardioprotegidos, bien por normativa autonómica o por iniciativa propia.
Para ser considerado un espacio cardioprotegido, el colegio debe disponer de:
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Un desfibrilador DESA homologado y conectado con el 112.
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Formación en RCP y uso del desfibrilador para docentes y personal no docente.
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Mantenimiento preventivo que garantice la operatividad del equipo.
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Señalización visible del dispositivo y su ubicación.
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Difusión de la cardioprotección entre el alumnado, creando una comunidad preparada.
Normativa sobre desfibriladores en colegios
Cada Comunidad Autónoma regula la instalación y el uso de desfibriladores (DEA y DESA) de manera diferente.
Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, la normativa exige que los equipos estén conectados al 112 y correctamente mantenidos y señalizados.
Cumplir con la normativa no solo garantiza la seguridad del alumnado y el personal, sino que también contribuye a crear entornos educativos más seguros y responsables.
Formación en RCP en colegios: enseñar a salvar vidas
La formación en RCP y el uso del desfibrilador son pilares fundamentales de la cardioprotección escolar.
Cada vez más colegios incluyen talleres de primeros auxilios y simulacros de emergencia para el personal docente e incluso para los propios alumnos.
Las técnicas básicas de RCP incluyen:
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Llamar al 112 inmediatamente.
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Comenzar las compresiones torácicas (30 compresiones y 2 ventilaciones).
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Aplicar el desfibrilador DESA y seguir las indicaciones del equipo.
Integrar estas formaciones en la educación fomenta la responsabilidad, la empatía y la preparación ante emergencias.
Si tu centro cuenta con alumnado con necesidades especiales, consulta nuestro artículo sobre cardioprotección inclusiva en colegios para conocer cómo adaptar los protocolos.

Mantenimiento y disponibilidad del desfibrilador
Tener un desfibrilador instalado no es suficiente: es necesario garantizar que esté siempre operativo.
Un programa de mantenimiento integral asegura que el equipo funcione correctamente, que los electrodos y baterías estén en buen estado y que el dispositivo esté conectado al sistema de emergencias.
Además, los desfibriladores conectados permiten el telecontrol 24h, notificando incidencias y asegurando su disponibilidad en cualquier momento.
Convertir tu colegio en un espacio cardioprotegido
Si tu centro educativo quiere dar un paso más hacia la prevención, puedes contar con un servicio completo de cardioprotección escolar que incluya:
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Desfibriladores conectados y monitorizados.
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Formación homologada para personal educativo.
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Mantenimiento y revisiones periódicas.
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Asesoramiento para cumplir con la normativa autonómica.
👉 Conviértete en un colegio cardioprotegido. Solicita información o asesoramiento gratuito sobre la instalación de desfibriladores en tu centro.
