El precio de un desfibrilador en España se sitúa entre 1.150 € y 1.650 €, dependiendo de las características y servicios incluidos.
Todos los equipos disponibles son DEA (automáticos) o DESA (semiautomáticos), ambos diseñados para actuar ante una parada cardiaca de forma rápida, sencilla y segura.
La diferencia de precio depende de los aspectos técnicos y de servicio que se incluyan en el equipo: desde la vitrina y el kit de intervención, hasta sistemas de llamada automática al 112, control remoto y geolocalización.
Además, hay que tener en cuenta los costes de mantenimiento, consumibles y revisiones periódicas, que garantizan el correcto funcionamiento del dispositivo durante toda su vida útil.
Por eso, cada vez más empresas, colegios, comunidades, centros deportivos o espacios públicos eligen el renting de desfibriladores, una opción que ofrece el mismo nivel de protección sin inversión inicial ni costes imprevistos.
Tipos de desfibriladores y su precio aproximado
| Tipo de desfibrilador | Precio orientativo de compra* | Mantenimiento incluido | Uso recomendado |
|---|---|---|---|
| DESA (Semiautomático) | 1.150 € – 1.650 € | No | Todo tipo de espacios: empresas, colegios, gimnasios, comunidades, comercios o ayuntamientos |
| DEA (Automático) | 1.150 € – 1.650 € | No | Entornos con personal no sanitario o gran afluencia de público |
| Renting con servicio integral | 45 € – 80 €/mes | Sí | Cualquier espacio que busque cardioprotección sin inversión inicial |
Precios orientativos del mercado español 2025.
El coste final dependerá de los servicios y funciones integradas, como instalación, vitrina, kit de intervención, llamada automática al 112, control remoto y geolocalización.
Factores que influyen en el precio de un desfibrilador
El precio varía en función de las prestaciones incluidas. Los principales factores que determinan el coste final son:
Vitrina de protección: con alarma visual y sonora para facilitar la localización del equipo.
Kit de intervención: incluye tijeras, guantes, mascarilla y otros elementos esenciales para la asistencia.
Instalación profesional: garantiza el cumplimiento normativo y la correcta ubicación del dispositivo.
Llamada automática al 112: conecta directamente con los servicios de emergencia en caso de uso.
Control remoto: permite monitorizar el estado del equipo en tiempo real y recibir alertas ante cualquier incidencia.
Geolocalización: ubica el desfibrilador en el mapa de emergencias para facilitar una respuesta inmediata.
Formación en RCP y uso del DESA: la capacitación del personal es clave para actuar con eficacia ante una parada cardíaca y cumplir la normativa vigente.
Estos elementos adicionales incrementan el valor del equipo, pero también mejoran la seguridad, el cumplimiento legal y la eficacia de la intervención.

Costes adicionales: mantenimiento y consumibles
Comprar un desfibrilador implica una inversión inicial y costes de mantenimiento anuales, necesarios para mantener el dispositivo operativo y cumplir con la normativa:
Sustitución de electrodos cada 2–4 años.
Reemplazo de batería cada 3–5 años.
Revisiones técnicas periódicas del equipo y de la vitrina.
Certificados y registros autonómicos actualizados.
Formación en RCP y uso del DESA/DEA para el personal.
En conjunto, estos gastos pueden suponer entre 150 € y 300 € anuales, dependiendo del modelo y la frecuencia de revisión.
👉 Si prefieres evitar estos costes, el renting de desfibriladores los incluye todos.
Renting de desfibriladores: la opción más rentable y segura
El renting de desfibriladores permite contar con un equipo siempre operativo, sin inversión inicial y con todos los servicios incluidos.
Las cuotas mensuales oscilan entre 45 € y 80 €, según las funcionalidades del equipo (conectividad, geolocalización, control remoto, llamada al 112, etc.).

Ventajas principales:
Sin desembolso inicial
Mantenimiento, revisiones y consumibles incluidos
Sustitución inmediata en caso de avería
Formación y cumplimiento normativo
Cuotas fijas y sin gastos ocultos
Esta modalidad ofrece tranquilidad, cumplimiento legal y control de costes, especialmente en espacios con gran afluencia de personas o con personal no sanitario.
Comprar un desfibrilador: cuándo es la mejor opción
La compra directa puede ser interesante para aquellos espacios que desean tener la propiedad total del equipo y disponen de recursos para su mantenimiento.
Incluye la vitrina, el kit de intervención, la instalación y la formación del personal, y el precio final dependerá de las prestaciones del modelo (llamada al 112, control remoto, geolocalización, etc.).
Si estás valorando esta opción, consulta nuestra guía:
Invertir en prevención salva vidas
El precio de un desfibrilador varía según las funciones y servicios contratados, pero su valor real está en su capacidad para salvar vidas.
Mientras que la compra puede ser adecuada para algunos centros, el renting con servicio integral es la opción más cómoda, segura y rentable para la mayoría de organizaciones.
