Renting de desfibriladores: 4 ventajas a tener en cuenta
¿Qué es el renting de desfibriladores semiautomáticos?
El renting se trata de un contrato de alquiler en el que una de las partes cede un bien o servicio a cambio de que la otra parte pague una cuota periódica. Puede optar a ella tanto un particular como una empresa y suele incluir condiciones adicionales y servicios especiales que no encontramos en la opción de compra.
En el caso del renting de desfibriladores la duración del contrato suele ser de entre 24, 36, 48 ó 60 meses por el que pagas una cuota fija mensual.
Ventajas del renting de desfibriladores (DESA)
- Como ocurre en la mayoría de contratos de alquiler, al optar por el renting de desfibriladores no es necesario realizar un desembolso inicial. Solo será necesario abonar la primera cuota, sin necesidad de depositar una cantidad como garantía o fianza.
- Si bien el renting permite acceder a más empresas y particulares a bienes como un desfibrilador, la gran ventaja se encuentra en los servicios adicionales. Los desfibriladores semiautomáticos son dispositivos de uso médico, con un mantenimiento específico muy importante para su correcto funcionamiento. Con la opción de renting las empresas y particulares tienen incluido el mantenimiento de los mismos, con revisiones periódicas, cambio de parches o baterías, reposición de fungibles después de un uso, etc. Debemos tener en cuenta lo importante que es tener un desfibrilador en condiciones óptimas, puesto que podemos requerirlo en cualquier momento y de ello depende salvar un vida.
- En el la opción de renting el DESA se entrega en perfectas condiciones, con todas las prestaciones. Una vez que el bien se desgasta o se amortiza, podremos firmar un nuevo contrato de renting y disfrutar del mismo bien, pero con las actualizaciones e innovaciones que haya tenido el equipo durante ese periodo.
- Desde un punto de vista financiero, las cuotas abonadas por el contrato de renting se pueden desgravar completamente en la declaración de IRPF, como cualquier otro gasto soportado que afecte a la actividad empresarial o profesional.