Conor Sports apuesta por la salud instalando un desfibrilador
La empresa Conor Sports ha instalado un desfibrilador de uso público en sus instalaciones de Egüés. de esta forma permitirá proteger a sus empleados de posibles paradas cardiorrespiratorias, así como a todas las empresas de alrededor.
Conor Sports, marca referente en el diseño y fabricación de bicicletas, contribuye desde sus inicios a la mejora de la salud a través del ciclismo. Ahora lo hace también ¡a través de la cardioprotección!. Gracias a la instalación de un desfibrilador en sus instalaciones centrales y a la formación, con la ayuda de GESINOR Servicio de Prevención, de un grupo de 8 personas en RCP y uso del desfibrilador, que harán extensible a toda la plantilla en fases posteriores.
Para Arantza Maquirriain, directora RRHH y Calidad de Conor Sports “visualizarse como un espacio cardioprotegido puede impulsar a otras empresas a adherirse a esta iniciativa. Sin duda supone compartir valores como compromiso y generosidad”. El interés de las empresas privadas por incorporar la cardioprotección a sus entornos, enmarcado en un escenario de mayor concienciación, aumenta cada día.
Los avances tecnológicos, con soluciones como el desfibrilador DOC, facilitan al máximo este tipo de iniciativas en cuanto a espacios públicos y privados cardioprotegidos.
En Conor Sports contemplaron la instalación de un desfibrilador como un eje estratégico en su plan de RSC. Una acción en sintonía con los valores de la empresa. Anima a incorporar el uso de la bicicleta en el día a día de las personas como forma de movilidad sostenible y no contaminante e incidiendo directamente, y de forma positiva, en nuestra salud. Desde Conor Sports: “Animamos a todo el mundo a mover el corazón. Sin duda la vida se ve de otro color si pedaleamos todos juntos”.
Espacios cardioprotegidos
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población, y con ello tomar medidas que permitan revertir la situación. ¿Cómo hacerlo? Gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.
Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para actuar en caso de parada cardíaca y usar el desfibrilador. Estos equipos además indican en todo momento los pasos a seguir y ofrecen asistencia.
Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, hay que realizar de forma inmediata una reanimación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro, hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de un máximo de 5 minutos.
Los pasos de la Cadena de Supervivencia
Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados Cadena de Supervivencia:
- Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia.
- Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP).
- Desfibrilación temprana.
- SVB y cuidados post-resucitación
En Europa, el paro cardiaco es una de las primeras causas de mortalidad y en España se dan más 40.000 por año. En nuestro país, tras una enfermedad cardiaca, el índice de salvación se sitúa en un 4%, mientras que en EEUU se sitúa ya en un 50% gracias a la implantación masiva de Desfibriladores.
El plazo de intervención para salvar a una víctima es de no más de 4-5 minutos. Además, por cada minuto que se pierde, hay un 10% menos de probabilidad de supervivencia.